La supervivencia del más débil.
La Liga española ha sufrido siempre de un protagonismo excesivo de los árbitros, ya sea generado por ellos mismos con errores garrafales o por la misma prensa maximizando pequeños errores que en otras latitudes no son tomadas con ‘alevosía’ si llegan a suceder.
Toda la vida desde las ‘trincheras culés’ se reclamaba un serio favoritismo a favor del Real Madrid (máximo ganador de la Liga y tercer galardonado en Copa), sin embargo, no era solo en Barcelona, desde muchos frentes del territorio ibérico se ha reclamado esto históricamente.
Desde el seno madridista, comentaban que el quejarse de los árbitros era el ‘síndrome del segundón’, es decir, siempre se comentó, que los que reclamaban tanto el arbitraje, era por impotencia de no poder superar al otro equipo en la misma cancha.
Hoy en día y desde hace dos años parece que los papeles se han invertido, tras dos temporadas realmente impresionantes del Barça, donde en 2009 ganó todo y en 2010
ganó la Liga con 99 puntos y con un juego sumamente aplastante, con un dominio pleno sobre sus rivales y en Champions, curiosamente, errores del árbitro ayudaron, junto con un mal primer juego de los catalanes, a que el Inter pasara por encima de los culés, perfilándose a la final en el Bernabéu, cosa que parecía obsesión.
Sin embargo, parece que estas exhibiciones del equipo, son valoradas en todo el mundo salvo en la capital de España, Madrid, donde se insiste en que el Barcelona se ve beneficiado por el ya tan sonado y al mismo tiempo tan ficticio ‘Villarato’.
Que si al Barça no le marcaron un fuera de lugar, que si al Barça no le marcan un penal en contra, etc.
En cada juego de fútbol en estos tiempos se encontrarán más de dos o tres errores por partidos, la tecnología de nuestro tiempo se ha encargado de desnudar el trabajo de los árbitros, quienes estamos casi seguros, salen a hacer su trabajo, dirigir el encuentro, pero como todo ser humano y cualquier actividad de esta naturaleza, tendrá errores por propia esencia.
Analizar los errores de los colegiados no es malo, siempre y cuando sea con la finalidad de ayudar a este gremio a lograr un mejor trabajo cada día que pasa, sin embargo, ya se convierte en un problema cuando ciertos sectores del deporte buscan con tantas ansias cada detalle que pueda ser utilizado para demeritar la victoria del contrario o justificar la derrota propia.
Esto llegó a lo ridículo cuando durante la temporada pasada, en la visita del Barcelona al Molinón, ciertos sectores de la prensa madrileña, incluso manipularon imágenes de un partido para que la jugada del gol pareciera fuera de juego, incluso borrando las líneas del campo, sin embargo, la gente no fue tonta y se percató, después estos sectores cambiarían la versión, a que era por donde se había cometido una falta y donde se había cobrado (olvidando que había dos faltas en la jugada y curiosamente la primera es donde se había cobrado), a partir de ese momento, la guerra de ‘Villaratos’ tendría su mayor auge, el Barcelona nunca podría ganar por ‘méritos propios’ y el Madrid siempre era perjudicado por los árbitros.
Incluso en esta temporada, ya salió el equipo blanco, con una lista de 13 errores del colegiado, curiosamente, cuando salen beneficiados, como en la expulsión a Albelda y algún penalti dudoso, nadie reclama.
Dicen los demás equipos, con toda razón y certeza, Barcelona y Madrid son los únicos que no se pueden quejar de los árbitros, en todo el mundo hay una sobrecarga arbitral hacia el lado de los equipos fuertes, los que ‘pesan’ más, cosa incorrecta por supuesto, pero pasa, sin embargo, el querer justificar los magníficos logros de la entidad Blaugrana (como desde Madrid reclamaban cuando se criticaba al seno madridista) y la crisis blanca, en aspectos arbitrales, pareciera sumamente ridículo e incluso pareciera que es la desesperación, de no contar con un fútbol que pueda superar al máximo rival, cada partido del Barcelona, la gente está esperando la sección del penal no pitado, o el fuera de juego no pitado, o la supuesta expulsión a algún culé, etc.
La supervivencia del más débil a través de los árbitros no es la correcta, lo es el trabajo, los proyectos y mirar hacia dentro para saber donde está el problema, como se dice comúnmente ‘mirar la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio’.
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