(14 de julio del 2008)
Cuando tu voz no cruza el corredor, cuando tu voz no cruza por lasventanas, se pierde en el viento y en las incoherencias, cuando no genera ninguna reacción, ninguna alteración en tu propio ambiente, cuando tu voz es simplemente un sonido... un molesto sonido... solo aquí con la vida entre las manos, con la esperanza acumulada en un envase, cual bomba de tiempo, llena de alucinaciones y frustraciones, esperando a ser desenterradas, dar con pared o esperar a ser degolladas... tus latidos como el tambor de guerra, como la batalla insalvable e imposible de ganar, aquella batalla frente a la razón... que siempre termina en una conexión digna de mención en un mundo diferente y cegado... por la brillantez de la escarcha helada que cubre cada fachada de cada rostro de esta ciudad... alterada por la negligencia del florista más exacto y cuidadoso... que marchita cada rosa del camino... cada tulipán que a tu paso vas dejando esperanzado, en una vida de calidad y de viveza... para sobrevivir y poder estar a tus pies cual más humilde servidor de la empresa real... especializada en la tan presumida lógica griega... que cual romano empedernido pone frente a los leones en el circo de fenómenos, espectaculares... de figura tan incuestionable como dudosa su razón... queriendo romper esquemas y paradigmas... incluso cánones y tradiciones para demostrar el valor y el coraje... que puede mostrar aquel amor infiel a tu máxima figura intelectual... digna de premios y reconocimientos... como de traiciones y esparcimientos... decepciones al hombre que más añora tu mirada... conociendo de memoria cada uno de tus ojos... demostrando el amor verdadero... infiel, incoherente, inútil e incluso suicida... cuál palabra naciente, cuál sentimiento oculto... cuál letra plasmada con lágrima y sangre en este papel... en esta fracasada ilusión óptica.
Elemmìrë
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