viernes, 5 de agosto de 2011

Nada es imposible...


La Guerra de la Triple Alianza o Guerra del Paraguay, se desarrolló entre 1865 y 1870. Francisco Lozano López, entonces presidente de la Republica del Paraguay, mejor conocido como “El Mariscal”, se hizo la guerra ante el Imperio del Brasil, la República de Argentina y el Estado Oriental del Uruguay. Cuestiones territoriales y falta de diplomacia de Lozano López, fueron las principales causas del conflicto que finalmente, como en todas las guerras, terminan con perdidas humanas y, en el caso de Paraguay, perdidas territoriales.

Salvador Cabañas Ortega, nació el 5 de agosto de 1980, en Asunción Paraguay. Su debut en el fútbol guaraní se dio a los 18 años de edad, en el Club “12 de Octubre”. En el fútbol mexicano, “Chava” debuta con los Jaguares de Chiapas, en el torneo “Apertura 2003”. Después de 3 años deja huella en el club Chiapaneco convirtiéndose en su máximo goleador con más de 50 goles. No tardó mucho tiempo para que el Club América se fijara en su capacidad goleadora y finalmente le fichará en el “Apertura 2006”. Sin lugar a dudas, la carrera del “Tanque Cabañas” iba tomando vuelo; por una parte su incorporación al conjunto de Coapa, gracias a su excelente nivel futbolístico, coincidía con el retiro de la selección paraguaya de José Saturnino Cardozo. De esta manera, era inevitable que “El Toro Cabañas” pronto se hiciera de la titularidad del conjunto nacional de su país.

En la eliminatoria rumbo al Mundial de Sudáfrica 2010, Salvador se convirtió en el máximo referente y capitán de la “albirroja”. Luego de que Paraguay amarrara su octava participación consecutiva en una justa mundialista una empresa telefónica le hizo grabar un video promocional donde se evocaba “La Guerra de la Triple Alianza”. El nuevo “Mariscal”, Salvador Cabañas, impulsa a sus tropas a seguir peleando, ahora en el Mundial de Fútbol. “No hay rival que nos pueda parar”, “no llegue acá para morir en octavos de final”, “este es el momento de la verdad”.

Cuatro meses más tarde, el 25 de enero de 2010, “El Mariscal” se enfrentaría realmente al momento de la verdad. Después de un atentado en un bar de la Ciudad de México, una bala alojada en su cabeza, lo puso al borde de la muerte. Cabañas ha cumplido su palabra, ni una bala en la cabeza le ha impedido dejar de soñar, no se ha dado por vencido. A 594 días después de que viera la luz al final del túnel y decidiera no caminar hacia ella, se sigue enfrentando, cara a cara, a la mayor batalla que se podría imaginar. Su mayor deseo es volver a jugar fútbol y marcar un gol. Salvador esta a punto de tocar lo que para la mayoría resultaba imposible. Tal vez porque lo único que se le ha borrado de la mente es la idea de que en esta vida no hay límites, y que en principio nada es imposible.

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