México gana ‘su’ mundial.

Justo un año después de la final del mundial que ganaría España, le tocaba a los jugadores sub 17 jugar el suyo, competencia que se celebraría en México y que curiosamente, España no se clasificaría.

Después de muchos encuentros de muy buen nivel, donde el fútbol es más puro y bello, gracias a lo poco ‘maleados’ que se encuentran los jugadores a esta edad, uno se puede encontrar con juegos muy parejos e interesantes.

En estas categorías, las fuerzas suelen igualarse, tanto que incluso hay equipos africanos y el mismo México campeones del mundo.

Pues bien, a las semifinales llegarían los cuatro mejores equipos del torneo, Brasil, quien siempre es favorito en cualquier nivel, jugaría contra Uruguay, que con su garra y buen fútbol, sorprendían al mundo con su aparición en estas instancias, pero no se puede olvidar su cuarto lugar en Sudáfrica, y en la otra llave, la siempre difícil y muy organizada Alemania, frente al rival más duro, quizá no por tradición, sino por ser local, México.

Mientras Uruguay pasaría por encima de Brasil, con un 3-0 en el luminoso, la otra semifinal nos depararía muchas más emociones, los locales comenzaban ganando antes del minuto 5 pero los alemanes lograban dar la vuelta al marcador, y cuando todo parecía indicar que los Alemanes se presentarían en la final, el milagro mexicano, gracias a un gol olímpico y un gol de chilena, anotado por Gómez, quien minutos antes había salido con una cortada muy grande en cabeza, lograban el éxtasis del público mexicano, que volvía a tener una alegría gracias a sus ‘niños’.

Para el domingo 10 de julio, el Azteca era el marco perfecto, con un juego más que interesante como ‘telonero’ entre Alemania y Brasil y la gran y esperada final entre charrúas y aztecas, la Ciudad de México se paralizaba con la esperanza de que los chavos, le dieran otra alegría a una afición que de la mayor no aspira a más allá de una Copa Oro. El juego preliminar, espectacular, con un Brasil que juega gracias a sus individualidades, contra el gran orden táctico alemán, los teutones iniciaban ganando, pero Brasil parecía sentenciar el encuentro en el primer tiempo al anotar tres goles, sin embargo, en una pelota parada, los alemanes, con la cabeza, recortarían distancias, para llegar al medio tiempo con un 3-2 en el marcador a favor de los cariocas.

Para la segunda mitad, sería de nueva cuenta espectacular, y en 20 minutos, los alemanes, que nunca se rinden y apoyándose en dos golazos, darían la vuelta espectacularmente poniendo el marcador 4-3, durante los últimos minutos, Brasil se veía desesperado y buscaba atacar por donde fuera, pero el orden alemán se imponía y también en esta categoría, los teutones se quedaban con el tercer puesto.

Terminado el duelo por el tercer puesto, vendría lo que todo el estadio esperaba, México y Uruguay saltaban a la cancha, los dos mejores equipos del torneo disputándose la Copa Mundial Sub17 y el Azteca con sus 104mil asistentes se rendía ante sus héroes con gritos y aplausos. Un pequeño y vergonzoso indicio de rechiflida al himno charrúa se vería callado por los mexicanos que pidieron respeto al himno rival, haciendo callar los pitos de una fanaticada inmadura que no ha podido dar el salto a una conocedora afición, sin embargo, y para la suerte del torneo el himno transcurriría con respeto, para continuar con el himno mexicano, que todas y cada una de las gargantas entonarían, silenciando incluso la pista del sonido local.

El marco era perfecto, los uruguayos buscaban un ‘maracanazo’ en categorías inferiores, mientras los mexicanos buscarían apoyarse en su público para levantar por segunda vez en seis años la copa.

El partido sería muy interesante, el parado táctico de ambos equipos era muy marcado y los errores individuales eran los que daban las oportunidades, y sería Uruguay quien estrellaría el primer balón en el poste, robando el aliento a un Azteca que se vio por unos instantes en desventaja, sin embargo, al minuto 31, el defensor universitario, Escamilla, enviaría un centro que Fierro recentraría y Briseño, el capitán, enviaría al fondo de las mallas, el estadio se desbocaba y el ambiente parecía el de cualquier juego de la selección mayor.

El medio tiempo y la segunda mitad, llegarían con el marcador de 1-0 en el luminoso, y el empuje uruguayo se enfrentaba a una férrea defensa mexicana, que sufriría de más, e incluso otro poste se atravesaría en el empate uruguayo, dejando todo para los últimos minutos.

El árbitro daría cuatro minutos de compensación, que parecían aire para los uruguayos, sin embargo, el agotamiento de la altura, le pesaría a los charrúas, y al final sería Casillas, quien en un gran contragolpe en equipo, liquidaba el encuentro y conseguía que la Copa se quedara en México.

México es bicampeón mundial, sin embargo, hay que saber separar entre este logro, y lo que el mexicano realmente desea, el ganar en estas categorías, no significa éxito en la mayor, tan solo significa, que con un buen proceso a largo plazo y con conciencia y responsabilidad, se puede aspirar cada vez a mejores y mayores logros en cada una de las categorías, tampoco hay que pedir que estos niños, sean titulares o debuten en primera división, al final son eso, niños, y si se fuerza su progreso y su salto a las plantillas del primer equipo, podrían verse coartadas carreras muy interesantes, que aún deben cumplir el proceso sub 20 y luego buscarse un lugar en el profesional.

Felicidades a todos y cada uno de los equipos participantes, en especial los últimos cuatro participantes, que nos demostraron que el fútbol sigue teniendo una esencia pura y poco mercenaria, donde se juega sin buscar trampas, salvo algunos casos, y se pretende el buen trato del fútbol, es muy lindo ver a estos cuatro equipos que nos regalaron 4 excelentes partidos en semifinales y final.

PD: Como mexicano me quedo con el México – Alemania como el mejor encuentro del mundial, sin embargo, como aficionado al fútbol, me quedo con el Alemania – Brasil, que además tuve la fortuna de poder ver en vivo previamente a la final, que espectáculo tan hermoso le regalaron a nuestro país.

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